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El destino nos la volvió a jugar

El destino nos dio una cachetada, nos abrió los ojos. El mundo cambió y muchos llegamos a sentir que dejó de girar. Los recuerdos se tornaron añoranzas y las fotos, máquinas de tiempo. Todo aquello que tomábamos por seguro, se esfumó en cuestión de días.


De un de repente, regresamos a nosotros mismos. Llego el tiempo en donde tu salud se convirtió en lo primero de tu lista, tu familia se volvió a juntar en la misma mesa a la hora del desayuno, comida y cena. Hasta tienes a tu mamá para un café por las tardes, después que te regañe por tal vez andar de flojo.

Los abrazos se volvieron extraños, esos convivios con los amigos se pospusieron, hasta las fiestas de cumpleaños se cancelaron. Pero de esto estoy segura, que aún con momentos de dificultad como los que ahora se presentan, le sacamos sus momentos de luz.


Aprendimos a valorar lo intangible. Empezamos a guardar en la memoria las risas hasta la madrugada con los amigos y los viajes en familia. A pesar del confinamiento aprendimos a darle amor a nuestros seres queridos y encontramos la manera de estar presente. Y lo digo por mis seres queridos, que en un día especial me llenaron de cariños, aún sin estar cerca.



Los libros volvieron a ser gozados como antes y el amor regresó a sus tiempos de antaño. Donde a pesar de la distancia, separación o barreras, sigue fuerte e intacto. Ahora cada vez más deseamos dejar el teléfono, con ganas de que las videollamadas sean pasado. Nos empezamos a tomar un minuto para agradecer todo lo que ahora tenemos. Conectamos con nuestro interior y empezamos a pintar un nuevo bosquejo del corazón. El planeta respiró de nosotros, ya le tocaba un descanso.


Vivíamos tan acelerados que se nos olvidaba voltear a ver todo lo que nos rodeaba. Nos dejamos de emocionar al ver un atardecer o caminar en el pasto. Queremos vivir corriendo, queriéndonos comer al mundo sin saber que el mundo ya nos comió a nosotros. De todo lo malo sale algo bueno dice mi mamá y creo que no es necesario decirlo, por que tu ya sabes todo lo bueno que sacaste de esto. Tal vez te volviste a encontrar, te viste al espejo y te diste cuenta que aquí estas. Cuando decías que no tenias tiempo de nada, ahora tienes tiempo de todo.


Decide a que regresarás y que desecharás. Tienes la oportunidad de salir al mundo diferente.


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