Me levanté y solo vi a mamá, acostada en la cama, después de una noche de cansancio y amor verdadero. Es ahí donde me di cuenta, que estuve buscando por todos lados una historia inspiradora, cuando siempre tuve a un lado, la historia de amor más grande.
Mi mamá es la guerrera que cualquier ejército quisiera. Es aquella que te levanta, te prepara, te enseña y te inspira. Mamá, es todo en uno. Todos los poderes del universo recopilados en un corazón latente.
Todavía no recuerdo en que momento empece a verla con otros ojos, en que momento me di cuenta de la fortaleza que había detrás de sus lágrimas escondidas. Creo que fue algo que nos cayó de golpe, mamá siempre fue lo que nos sostuvo.
Cuantas historias, vivencias, miedos y alegrías había detrás de su sonrisa, infinitas y muchas aún son un misterio, pero la que si conozco a la perfección fue la de la armadura que nos hizo a mano y el campo de batalla que cruzó, sola, para darnos lo mejor. Espero algún día, ella se vea con los ojos que yo lo hago.
Papá siempre lo dijo, ella es la guía.
