No me queda ninguna duda que en esta vida hay que seguir avanzando. Porque con escaleras, rampas o desvíos, siempre llegamos a donde estuvimos destinados desde un principio. Nos romperemos más de una vez en el camino, pero no debemos olvidar que después de todo eso, nos armaremos. Cada vez que aceptamos lo que somos y que abrazamos ese lado oscuro que tenemos que a muchos nos aterra, desbloqueamos un nivel de amor propio inimaginable. El punto no es vivir tu vida escondiendo lo que no te gusta de ti, sino abrazarlo, entrelazarlo y aprender a convivir con eso. No somos perfectos y creo que nadie quiere serlo. Lo que si creo es que todos queremos lo mismo, vivir la vida y no que la vida nos viva.
Ahora sentada escribiendo estas palabras pasan por mi cabeza como una película todos esos momentos donde entre lágrimas me decía que no podía más. Que le preguntaba a mi mamá porque me pasaba esas cosas, porque a mí, etc. Y sé que no estaba sola en ese sentimiento. Sé que hay muchas personas allá afuera que luchan con sus demonios, que se ponen sonrisas día con día para seguir adelante, personas que aprenden de sus errores y buscan sanarse. Y si tú estás leyendo esto, recuerda que es de valientes el saber armarse con pura luz después de tantas fracturas.
Caminamos sin darnos cuenta de que estamos en un museo llamado vida. Vemos obras maestras, pero no nos damos cuenta de la fragilidad que hay detrás de ellas y no podemos ver más allá. Después de todo, entendí que tenemos que empezar a caminar con el alma abierta y el amor por delante. Te aseguro que entre más consiente te vas haciendo del presente, la vida va ir teniendo una manera hermosa de demostrarte que vas por el buen camino. Que todo lo que una vez lloraste era porque te estaba enseñando algo. Que el alejarte de ciertas personas abrió espacio en tu corazón para que entraran las que ahora están. Y al fin entendemos y creemos firmemente en que no fueron tropezones sino lecciones. Y quiero contarte que cuando bailamos con la vida, ella siempre nos pondrá la melodía perfecta.
